A vosotros maestros del tirar la piedra y esconder la mano, hipócritas de carnaval y puritanos de mierda.
Sí, a vosotros, os dedico estas letras.
A vosotros que cuando ois una trágica noticia poneis ojos horrorizados
y luego paseaís vuestra indiferencia ante la desgracia ajena.
A vostros que ante el abuso de poder os indignaís
y llegado el momento os poneis del lado de más fuerte.
A vosotros que vais saludando con una sonrisa presumiendo de buenos modales
y en cuanto os dan la espalda echais espuma por la boca mientras le vais señalando con el dedo.
A vostros que haceis creer que hablais con el corazón
y concluis con sentencias frías como una piedra.
A vosotros que aparentaís generosidad
y solo se os ve vuestro egoísmmo.
A vosotros que necesitáis levantar iglesias para encontraros con Dios
y en la intimidad de vuestras almas os acostáis con el diablo.
A vosotros que contemporizáis con todo y nunca os poneis de parte de nada ni de nadie
sois como el lobo del cuento enseñando la patita blanca
pero no se la dais ni a vuestros iguales porque se os ve el plumero
y sois como el perro del hortelano que ni vivís ni dejais vivir a nadie.
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